El cabello débil tiene una apariencia sin cuerpo y se enreda o se cae fácilmente. También puede causar puntas florecidas, sentirse áspero al tacto y ser quebradizo. Con frecuencia el cabello débil puede ser genético, pero también puede deberse a un peinado excesivo, una dieta deficiente, un desequilibrio hormonal o una afección médica subyacente.