El acné es la afección de la piel más común en los Estados Unidos, ya que afecta a casi todas las personas en algún momento de su vida. Si bien la mayoría de las personas tienen acné cuando son adolescentes o adultos jóvenes, el acné puede aparecer a cualquier edad. Hay tratamientos eficaces disponibles, pero el acné puede ser persistente. Iniciar un tratamiento en forma temprana y mantener una buena rutina de cuidado de la piel puede ayudar a evitar la formación de cicatrices y a controlar el acné.
Los poros de la piel están conectados con glándulas sebáceas debajo de la piel. Estas glándulas producen un aceite denominado sebo. Los poros se conectan a las glándulas a través de un canal llamado folículo. Dentro de los folículos, crece un vello delgado, y el aceite transporta células muertas de la piel a la superficie de esta, donde el cuerpo se deshace de ellas. A veces, el vello, el sebo y las células de la piel se aglomeran y forman un tapón. Las bacterias que viven sobre nuestra piel, las Propionibacterium acnes también pueden introducirse en el poro obstruido y causar enrojecimiento e inflamación. Si la inflamación de la piel es profunda, puede formarse un quiste o nódulo de acné.
Por lo general, el acné aparece sobre el rostro, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros porque estas áreas son las que más glándulas sebáceas tienen.
Síntomas del brote
Los signos y síntomas del acné pueden variar en función de la gravedad de la afección.
La transpiración, en especial cuando usas un sombrero o casco, puede empeorar el acné, así es que límpiate la piel tan pronto como sea posible después de sudar.
Usar un paño, una esponja de malla o cualquier otra cosa puede irritar la piel.
Usa productos suaves, como los que no contienen alcohol. No uses productos que te irriten la piel, que podrían incluir productos astringentes, tónicos y exfoliantes. La piel seca y enrojecida hace que el acné parezca peor.
Evita la tentación de exfoliarte la piel.
Si tienes cabello grasoso, lávalo todos los días con champú.
Si te tocas, explotas o aprietas el acné, tu piel tardará más en sanar y aumentarás el riesgo de que el acné deje cicatrices.
Tocarte la piel a lo largo del día puede dar lugar a brotes.
El bronceado lastima tu piel. Además, algunos medicamentos para el acné hacen que la piel sea muy sensible a las luces ultravioletas (UV), que recibes tanto del sol como de las camas solares.
El uso de camas solares aumenta tu riesgo de desarrollar melanoma, el tipo de cáncer de piel más letal, en un 75 por ciento.
La buena noticia es que, en la actualidad, casi todos los tipos de acné pueden eliminarse. Si no estás viendo resultados con el tuyo, consulta a tu dermatólogo. Hay muchos tratamientos eficaces para el acné, pero no todos funcionan para todas las personas que tienen acné. Algunos ayudan a matar las bacterias. Otros actúan al reducir la oleosidad. La clave es tener paciencia. Los tratamientos caseros pueden tardar de 4 a 8 semanas en mostrar mejoras y, una vez que el acné desaparece, es importante continuar tratando la piel para prevenir futuros brotes.
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