En Aveeno, estamos comprometidos con el objetivo de fomentar la equidad en la salud de la piel, la conciencia sobre el eccema y la brecha educativa en la piel de color.
El eccema es la segunda enfermedad de la piel más frecuente que afecta a los afroamericanos, pero los expertos consideran que es posible que no se lo diagnostique con la frecuencia debida. Esto se debe en parte al hecho de que, históricamente, los médicos se formaron principalmente para diagnosticar el eccema en la piel blanca. Más aún, un estudio reciente concluyó que menos del 5 por ciento de las imágenes en los libros de texto de medicina general mostraban las afecciones en piel más oscura y que las medidas de resultados estándar usadas tienen poca fiabilidad y validez en pacientes con piel muy oscura, lo que dificulta aún más la tarea de reconocerlas y diagnosticarlas en piel con más pigmento.
Las personas de color también tienen la mitad de probabilidades que los pacientes blancos de acudir a un dermatólogo por las mismas afecciones. Los niños negros con eccema tienen 30 por ciento menos de probabilidades de acudir a un médico por su eccema que los niños blancos, y los que acuden a un médico suelen tener más visitas y recibir más recetas que los niños blancos, lo que indica una mayor gravedad de la enfermedad.
Aunque las organizaciones como la Asociación Nacional de Eccema, la Academia Estadounidense de Dermatología y la Sociedad de la Piel de Color están logrando avances para aumentar la conciencia y la educación, y mejorar las barreras a la atención, es imperativo que todos, independientemente de su color, sean proactivos en el cuidado de la piel. Estar al tanto de tus síntomas y ser capaz de explicar en detalle a tu proveedor de la salud lo que te pasa será útil en tu diagnóstico.
¿En qué se diferencia el eccema en la piel de color?
El eccema puede tener una apariencia bastante distinta en tonos de piel más oscuros. El eccema con frecuencia se considera un sarpullido rojo, seco y con picazón, porque así se presenta en los tonos de piel más claros. Pero puede resultar difícil detectar el enrojecimiento en las pieles más oscuras, lo que puede dificultar el diagnóstico.
En la piel más oscura, puede haber zonas más oscuras que el resto de la piel, con un color purpúreo, gris ceniza o marrón oscuro.